miércoles, 4 de julio de 2012

-Llega el puto invierno.


Siempre hay un momento en el que el camino se bifurca. Cada uno toma una dirección pensando que los caminos se volverán a unir. 
Desde tu camino ves a la otra persona cada vez más pequeña. No pasa nada, estamos hechos el uno para el otro, al final estará él, pero solo ocurre una cosa, llega el puto invierno.
Ya no hay vuelta atrás, lo sientes. Y justo entonces intentas recordar en qué momento comenzó todo, y descubres que todo empezó antes de lo que pensabas. Mucho antes... Y es ahí, justo en ese momento, cuando te das cuenta de que las cosas solo ocurren una vez y por mucho que te esfuerces, ya nunca volverás a sentir lo mismo.

Tiempo al tiempo


Hace tiempo que llevo pensando en escribir algo. También hace tiempo que no lo hago. Lo pospongo. Pasan los días y no soy capaz de sentarme delante de la pantalla a escribir. Tal vez sea pura vaguería, acaban de empezar las vacaciones y lo único que me apetece es estar en la calle, ir de piscina en piscina y estar con ellas, las que de verdad importan. O tal vez sea por miedo. Miedo a tener que pensar el qué escribir. 
Aquellos que me conocen se pueden imaginar en lo que se basan mis pensamientos durante las veinticuatro putas horas de las que consta un día, y solo los que me conocen de verdad saben cuanto me joden todos y cada uno de estos. Es fácil decir 'voy a escribir algo', pero ninguno de vosotros se hace a la idea de lo que cuesta realmente plasmar de forma correcta todo lo que se le pasa a una por la cabeza.
Quiero irme. Desconectar. Pasar todo el verano lejos. Lejos de aquí, lejos de recuerdos y lejos de todas aquellas personas indeseables que me toca tragar día sí y día también. 
No creo que me de por escribir más aquí en mucho, mucho tiempo, así que solo me queda esperar. Esperar a que pase el verano y a aclarar todas mis ideas. "Darle tiempo al tiempo" lo llaman.

I’m at a payphone trying to call home





lunes, 4 de junio de 2012

Que fácil me llegas y que triste el adiós.

Hoy me ha dado por hacer una limpieza de todas las fotos que tenía en mi ordenador. He llegado a la conclusión de que por mi vida han pasado montones de personas. En fila. Una detrás de otra. Algunas se  han quedado para irse en cuestión de días y otras, sin embargo, aún no han salido.
Tú eres la excepción, la novedad. Entraste así, rápido, sin avisar y te fuiste, pero no en cuestión de días, sino algo más. Ya no estás. 
Recuerdo la primera vez que hablé contigo. Nos encontramos, casualemente, en medio de la calle. Por circunstancias que se daban en aquellos tiempos, nos vimos obligadas a saludarnos y mantener una conversación de apenas cinco minutos. En ese momento, podía imaginar cualquier cosa acerca de tí. De todo, menos que en apenas un año, te habrías convertido en mi mejor amiga, en mi hermana.
Vivimos montones de momentos que nunca cambiaría por nada, mejores y peores, pero al final, nuestros eran, tuyos y míos, de nadie más. 
Era difícil pensar en cualquiera de esos momentos que iba a perder totalmente el contacto contigo. Diversas cosas se entrepusieron entre tu y yo. No voy a meterme en todo aquello que nos pasó, que no fue poco, pero lo suficiente como hacerme cambiar por completo la imagen que hasta entonces había tenido de ti. Ha pasado mucho tiempo, mucho. Han pasado muchas cosas. Hace tiempo que no te veo. Hace tiempo que no sé nada de tí y sinceramente, tampoco me urge tener toda esta información. Tengo el suficiente numero de oídas como para que pudieses estar de todo menos orgullosa de que se digan. 


domingo, 27 de mayo de 2012

Esta noche, dime que me quieres

"Cada vez que conoces a alguien tu vida cambia y, tanto si te gusta como si no, nosotros nos hemos encontrado, yo he entrado en tu vida y tú en la mía"

sábado, 26 de mayo de 2012

Aunque me caiga después de espaldas al suelo

Domingo, 13 de mayo. 
Conversación cargada de opiniones, pensamientos y reproches, muchos reproches. Cosas que pensaba y que pienso salieron solas, sin pararme a pensar ni un segundo las consecuencias que ello conllevaría. No me arrepiento de nada que te dije, es más, me quité un gran peso de encima al hacerlo ya que llevaba mucho tiempo deseando hablar de este tema contigo. Claro está que podía haberlo dicho de mil formas diferentes a la que lo hice, pero en ese momento, no era capaz de emplear otras palabras.
Por mi está todo bien pero nada va a ser como antes porque la situación y muchas otras cosas han cambiado. Esto no es nada nuevo. Para mí has sido y eres alguien muy especial, de verdad que sí, sabes que conmigo siempre vas a poder contar ♥

jueves, 24 de mayo de 2012

"Yo nunca me cansé de ti"

No sé si eres un manipulador o simplemente es cierto eso de que no tienes las cosas claras. No sé si de verdad eres como todos los demás o eres distinto, como yo siempre te creí. No sé si alguna vez me quisiste o simplemente me utilizaste como un pasatiempo del que te cansaste enseguida. Yo nunca me cansé de ti. 
La cuestión es que por circunstancias que aún desconozco, eso que teníamos y que nunca tendré claro que era, se acabó. Nunca me diste una razón verosímil y no puedo negar que llevar a espaldas toda esta situación se me hizo cuesta arriba hasta hace bien poco. Hay días en los que me encuentro bien, en los que ni tú ni nadie podéis terminar con mi optimismo y mis ganas de pasar página. Sin embargo, hay otros en los que me entristezco, no porque ya no te tenga, si no por la gran decepción que me he llevado de ti. 
Has sido especial para mí y muy probablemente estuviese pensando en un final y no muy lejano ya que la situación hablaba sola. Puede que por esta razón el hecho de que todo terminase no me hirió tanto como todo el mundo piensa. 
Estaba segura de que todo volvería a ser como antes. Risas juntos sin ningún tipo de compromiso. Ahora no. No me apetece. No me apetece tampoco ponerme en tú situación. No sé si lo has hecho aposta o involuntariamente, lo has hecho. Solo puedo decirte que te estaría mintiendo si digo que te deseo lo mejor. No es egoísmo, ni recelo, ni despecho, simplemente afirmo lo que he cuestionado al empezar. Me has utilizado. No te mereces que entre tú y yo quede algo, ni siquiera una pequeña amistad.
Es probable que de aquí a nada me arrepienta de publicar esto y pensar que lo he hecho por culpa de un triste capricho quinceañero. Sé que todo esto es muy reciente y ojalá que en un tiempo pueda mirarte de otra forma. Hoy, desde luego, no.

Tu libertad termina donde comienza la mía

En ocasiones, me levanto con ganas de intentar resolver mis conflictos mentales, con mayor o menor importancia, pero, al fin y al cabo, míos son. 
Muchos relacionan la palabra libertad con todo lo que nos aporta seguridad para hacer aquello que queremos o que nos apetece hacer en un momento determinado, sin pensar en las consecuencias que ello pueda abarcar, independientemente de si estas son correctas o no.
Personalmente, relaciono la palabra libertad con otra que parece muy alejada de esta a simple vista, control. Libertad es controlar. Hacer todo aquello que queramos y que a la vez nuestras cualidades físicas y mentales, nos lo permitan. En este sentido, ¿somos realmente libres?, ¿poseemos algún tipo de instinto del que somos capaces de liberarnos o controlar? ¿Acaso eres tú capaz de controlar el querer a alguien? ¿Eres capaz de llorar cuando te plazca o dejar de hacerlo cuando más lo necesitas? Cada uno de los instintos humanos son pequeños factores que nos limitan nuestra supuesta Libertad. 
Sin ir más lejos, cuando nacemos, lo hacemos rodeados de un ambiente familiar. En algunos casos afortunado, en otros no tanto. Esta nos impone una serie de reglas que, con el tiempo, asimilamos como naturales y que también condiciona nuestra Libertad.

También nos encontramos con un conjunto de leyes sociales, las que toda las personas de un mismo entorno han decidido que son las mejores para organizarnos en grupo. Te pueden parecer más o menos correctas, pero son las que hay y aquellas que debes respetar.
Suponiendo que nos saltásemos todas estas normas o condiciones que nos limitan, que existiera un ser humano que fuera capaz de desprenderse de sus instintos, de las normas familiares e incluso de las leyes sociales que se le impusieron, su libertad seguiría siendo limitada, puesto que creció en sociedad y con una cultura determinada, que le moldeó a su manera.
Aunque la libertad sea el bien más preciado y deseado para el hombre, nunca conseguirá dar de sí al significado que esta palabra conlleva.